Bandol AOC


Las cepas de Bandol se encuentran en el centro sur de la Provenza. La vid llegó a estas latitudes hace unos 2600 años de la mano de los fenicios pero fueron los romanos, varios cientos de años después, los que favorecieron el desarrollo de la viticultura y la delimitación del los terruños de entonces.
En Bandol las cepas miran al mar. Es un viñedo pequeño y casi exclusivo dadas sus dimensiones y calidad.
A algunos nos pueden parecer vinos singulares y más aún, vinos desconcertantes dado el hecho de que simplemente son de difícil acceso y hasta desconocidos en nuestros mercados ya que su consumo es muy localizado.
Si bien estamos hablando del Mediterráneo como denominador común, no hemos de olvidar el otro pilar que sostiene la estructura de la singularidad y personalidad de las especialidades locales: El factor humano. Quiero decir con esto, que aunque estemos hablando casi por completo (aunque a veces con aportes) de la variedad Monastrell, aquí llamada Mourvedre, en la AOC Bandol el toque mágico lo da, fundamentalmente, el estilo de elaboración. Entonces claro, si pensamos en los levantinos corpulentos y con garra, en comparativa, nada tienen que ver con la frescura y la seriedad de los exclusivos y escasos provenzales. Son diferentes y eso es todo.


La AOC Bandol está ubicada entre Toulon y Marcella. Sus límites se encuentran geográficamente dentro de la AOC Côtes de Provence.
Los suelos son arcillo-calcáreos, pedregosos en ciertas zonas y con algunas afloraciones cristalinas (sílice).
El clima es Mediterráneo cien por cien, siempre teniendo en cuenta la agradable y nencesaria influencia del Mistral, viento que sopla potente, fresco y seco desde el norte aportando sanidad a la uva.
Con menos de 50 fincas y 5 cooperativas se elaboran vinos tintos, blancos y rosados de marcada personalidad mediterránea. Sus tintos son potentes y complejos, con marcadas notas aromáticas de fruta roja madura y sotobosque. Han de tener un mínimo de 12,4% vol y en la mezcla deben poseer un 50 % de Mourvedre más aportes de Grenache y Cinsault. Los blancos se elaboran con las variedades Clairette, Bourboulenc y Ugni blanc.

Entre los vinos más destacados no podemos dejar de mencionar el emblemático Château de Pibarnon. Excelentes tintos con estructura y elegancia, complejos y de un potencial de guarda asombroso. También son dignos de mención los Château Saint Anne de viticultura biodinámica.



Un Vino:


Domaine Tempier "La Migoua" 2005. Bandol AOC.

Éste es un buen ejemplo de tinto clásico mediterráneo, es decir, no es de aquellos vinos concentrados con matices de fruta pasa, sino que se disfruta sin más y se bebe hasta el final.
Exhibe un bonito color rojo cereza con reflejos burdeos, dado el paso de estos cuatro años.
Agradable primera sensación de aroma con terruño de sol marcado y fruta madura bien integrada. La fruta es persistente y poco a poco da paso a notas de evolución con matices animales, como el cuero.
Su entrada en boca es amplia, y aunque evoluciona sedoso, siempre muestra peso y balance, riqueza y frescura. Final de media duración y recuerdo provenzal (sí! tiene esa expresión del origen que es de agradecer cuando se está lejos).

salud!