Viticultura Orgánica

La agricultura orgánica.

La agricultura ha acompañado al hombre desde tiempos remotos. Nació con la necesidad de subsistencia de aquellos pueblos que, poco a poco, abandonaban el carácter de nómades para asentarse y explotar los recursos del entorno escogido.


En la edad media ya se dominaban las técnicas de conservación e identificación de los diferentes tipos de suelos, aunque la gran cantidad de información y productos diversos de hoy por hoy no estaban al alcance de aquellos hombres. Se fijaban sobre todo en los perfiles del terreno y su drenaje, también en si eran suelos más o menos calientes y si convenían para uno u otro tipo de cultivar. Entre los siglos XI y XV los cereales y la viña coronaban la pirámide de jerarquías, por encima de las hortalizas y las hierbas. Ya entonces se sabía que, de tanto en tanto, se debía dejar descanzar al terreno dando paso al ganado para que se alimente de la hierba y abone las praderas y campos trabajados que más tarde se volverían a cultivar con tal de abastecer a la población, o bien a los Señores y sus dominios.


Dado que el ser humano necesita alimento a diario, es lógico pensar que el mimado y cuidado de todo aquello que se domesticaba, era más que necesario. Por eso la conservación y optimización, sin abusos, de los recursos humanos y naturales ha hecho de la agricultura una actividad necesaria e inherente a la civilización.
La alimentación forma parte fundamental de toda cultura. Es un pilar que sostiene la historia de las civilizaciones y que enriquece el legado que generación tras generación se transmite, no sin matices, por supuesto, dado que nada permanece intacto eternamente..
Por qué entonces, al día de hoy, empezamos a escuchar cada vez más seguido términos que, si nos descuidamos, nos los pondrán de moda hasta lograr alcanzar el efecto contrario, como todo aquello que acaba cansando? Me refiero con “términos” a: Agricultura orgánica, biológica, ecológica, sostenible, biodinámica... Al parecer todos ellos salen a la superficie del entendimiento como una opción a lo “tradicional” ( la viticultura tradicional, al parecer, permite todo tipo de intervenciones reguladas ). Dicho esto no entraremos, o al menos por ahora, a ahondar en las acepciones de “tradicional”, ya que según quien lo practique, podríamos estar en presencia de lo opuesto a aquello deseable y respetuoso con el entorno. Fanatismos siempre aparte.
Todas estas ramas íntimamente ligadas de la agricultura más pura, deberían ser a nuestro conocimiento, más que corrientes y no novedosas. Pero bueno, aquí estamos.
Sobre cómo se alimentan los pueblos y cómo comen (por el acto en sí) sus ciudadanos, se interpreta todo lo demás: Principios, valores, historia... cultura.
La agricultura orgánica entiende la manera en que interactuamos los seres vivos con la tierra, y todo ello en pos de la herencia a generaciones venideras. Se basa en principios, basados en una ética de acción, respecto de la salud, la ecología, la equidad y también la precaución .Con salud se refiere a conservación y mejora del suelo, la vegetación, y de los seres que se sirvan de éstos y de los ecosistemas y organismos del planeta.
Todas las actividades han de estar basadas en normas que respeten la ecología de los sistemas y ciclos. El planeta es sólo uno, uno para todos. Caracterizar las actividades por la equidad, el respeto, la justicia y la administración del mundo que todos compartimos, es fundamental y debe, además, ser gestionada de forma cautelar y responsable por y para las generaciones actuales y futuras y el medio ambiente.



Definición de la Agricultura Orgánica (IFOAM, Movimiento Internacional de Agricultura Ecológica).


La agricultura orgánica es un sistema de producción que mantiene la salud de los suelos, los ecosistemas y las personas. Se basa en los procesos ecológicos, la biodiversidad y los ciclos adaptados a las condiciones locales, en lugar de la utilización de insumos con efectos adversos. La agricultura orgánica combina la tradición, la innovación y la ciencia en beneficio del medio ambiente compartido y promover las relaciones justas y una buena calidad de vida para todos los involucrados.

En septiembre de 2005 el consejo superior de IFOAM aprobó los mencionados Principios de la Agricultura Orgánica: La salud, la ecología, el cuidado y la equidad. Por otra parte la Agricultura Orgánica no sólo nada tiene que ver con la Ingeniería Genética, sino que además es contraria a toda práctica de modificación genética, ya que es incompatible con sus Principios. La primera ve cada ecosistema, granja, viña o maizal como un todo y la segunda va en direcciones puntuales. Los impactos medioambientales son una prueba de ello.

La agricultura orgánica, por ejemplo, emplea una combinación, en casos que corresponda, de cultivares diferentes en que unos favorecen la vida de insectos que, a su vez mantienen a raya la propagación de plagas que afectarían a otras plantaciones y así protegen especies vegetales sin ser necesaria la utilización de plaguicidas, los que por su parte, necesitan de tratamientos secundarios para cuestiones de sanidad, y así sucesivamente.

La agricultura con visión ecológica y la ingeniería genética son opuestas, pero paradójicamente, parece que no hay medias tintas, es una o la otra de cara al futuro. La agricultura ecológica tiene por objeto mantener un equilibrio general, del medio y de todo, mediante la mejora de la diversidad biológica. Los problemas del medio ambiente se deben a factores múltiples y relacionados entre si. La Ingeniería Genética sólo aporta soluciones inmediatas a casos aislados que luego requieren de tratamientos para las consecuencias a las aplicaciones de éstos.

En la práctica el biodinamismo, según Peter Schaumberger, director ejecutivo de Démeter en Alemania, no solamente es agricultura orgánica sino que incluye el uso de preparados que tienen en cuenta las influencias cósmicas. El término orgánico significa que las leyes naturales se reconocen y se emplean tanto como es posible; por ejemplo los tipos de verduras y frutas se eligen en función de un tipo particular de tierra y de clima. Una de las ideas de R. Steiner es que la granja se ha de ver como un organismo en si mismo. En términos prácticos esto significa que todas las partes de la finca y las actividades que ahí se dan, tales como la producción de plantas y la cría de animales están interconectadas.
Ante la observación de que la mayoría de las huertas con producción démeter, sin embargo, no tienen animales, el doctor Peter Schaumberger explica: El uso intensivo de los preparados biodinámicos y la introducción de estiércol animal puede equilibrar la falta de animales. Es posible ejecutar las indicaciones de Steiner como un ideal, o bien es posible ponerlas en práctica a distintos niveles.

Un creciente número de personas está cuestionando el impacto ecológico, económico y social de la agricultura convencional que se ha venido practicando en las últimas décadas. De ahí que en las actuales circunstancias exista una tendencia mundial al empleo de productos biológicos de origen animal, vegetal y micro­bianos como métodos alternativos para el control de plagas y la biofertilización de los cultivos agrícolas; lo cual ha constitui­do - en casos exitosos - una alternativa viable y segura, capaz de preservar el medio ambiente, mejorar la calidad de la vida y ofrecer buenos resultados económicos. Las grandes posibilidades del empleo de productos biológicos con amplio espectro de acción, es decir, no únicamente como controles biológicos de agentes fitopatógenos, sino además como bioferti­lizantes y bioestimulantes del crecimiento vegetal, estimulan las investigaciones al respecto, pues no sólo se propicia la sanidad de los cultivos, sino también la sanidad del suelo, lo cual es muy importante si tenemos en consideración que de la fertilidad de un suelo depende su vida y ésta a su vez de un suministro continuo y diversificado de materia orgánica; así como de otras técnicas de cultivo y manejo de los suelos.



http://www.ifoam.org/



En otra entrada de éste blog, se ofrece una lista bastante completa de bodegas que ejercen prácticas ecológicas, biológicas y biodinámicas.